¿Envidia?

Es un tema poco común de abordar, sin embargo es uno de los problemas que han surgido desde el comienzo de la vida; como ejemplo sugiero a Caín y Abel por envidia causo la muerte de su hermano. 

La envidia en un sentimiento negativo que poseemos todos los seres humanos y es un mal del cual se habla poco  y se sufre en un mayor o menor grado de nuestra vida. No hay que confundir la envidia con los celos, que son sentimientos muy distintos. La envidia nace de las carencias del sujeto. Los celos, en cambio, nacen del miedo a perder el afecto de la persona querida , a la que se quiere conservar. Sin embargo, ambos sentimientos pueden ir juntos.

La persona con envidia experimenta un ansia de destacar, ser el centro de atención, ganar, quedar por encima, de todos. Por eso, muchas personas se sienten continuamente amenazadas y angustiadas por los éxitos de la vida y la felicidad de los demás, y viven en continua  competencia contra todo el mundo.

Hay distintas formas de expresar la envidia como por medio de  críticas, ofensas, dominación, rechazo, difamación, agresiones, rivalidad, venganzas etc., la envidia cambia a las personas y las puede convertir en malas. Se objeta por medio de carecer algo como belleza, dinero, sexo, éxito, poder, libertad, amor, personalidad, experiencia, felicidad, etc. que él también desea pero no puede tener o no quiere desarrollar.

 La envidia sólo se cura concienciando y resolviendo las propias carencias y facultades, a través de un proceso de crecimiento emocional que consiste en ser maduro y asi  no envidiara a nadie.

 “Envidiar es comparar”. Y nos hemos enseñado a comparar, comparar, siempre comparar como estos ejemplos sencillos:

“Esa persona  tiene una mejor casa, o ella  tiene un mejor cuerpo, el  tiene más dinero, o fulanito tiene una personalidad carismática”.

La comparación es una actitud muy tonta, pues cada persona es única e incomparable. Una vez que comprendes eso, la envidia desaparece. Cada ser es único, incomparable. Tú eres sólo tú: nadie ha sido jamás como tú, y nadie jamás lo será. Y no necesitas ser como otro.

Dios sólo crea originales; no creo copias.

No es necesario envidiar a los demás,  empieza por cosas mínimas e iras creciendo, siempre recuerda que poseemos algo original a los demás y que eres único. Puedes ir obteniendo lo que te propongas sin la necesidad de sentir ese sentimiento que a la larga perjudicara tu vida,  tu personalidad y tu felicidad que es lo más importante.

 RECUERDA QUE:

"La envidia es mil veces más terrible que el hambre, porque es hambre espiritual"

                                                                                                          

                          Ana Victoria Huerta Reyes