martes, 2 de noviembre de 2010

The reader: una pasión secreta


“Una  pasión secreta”, película protagonizada por Kate Winslet (Titanic, 1998), nos habla acerca de una relación entre un joven de 15 años, Michael, y una mujer madura, Hanna; en un contexto de los años 50´s después de la segunda guerra mundial. Hanna y Michael se conocen por coincidencia un día que Michael regresaba de la escuela, el cae enfermo camino a casa y Hanna lo ayuda; al recuperarse, Michael decide darle las gracias llevándole un ramo de flores a su casa, y ahí es donde empieza su relación; poco a poco Hanna y Michael se van enamorando, la relación que empieza como una simple pasión se vuelve amor. Y asi pasan los años, Michael descuida su vida y sus amigos por pasar más tiempo con Hanna, hasta que un día Hanna desaparece; Michael decide seguir con su vida, entra la universidad y varios años después en una de sus prácticas se vuelve a topar con Hanna, esta vez en un juicio, mientras él esta como observador en un tribunal donde se juzgan a los colaboradores Nazis, allí encuentra a Hanna, acusada de los crímenes en los campos de concentración; durante el juicio, Michael se da cuenta que Hanna escondía un secreto: no sabía leer; secreto que tal vez podría librarla de la condena, pero que por vergüenza prefiere callar y aceptar toda responsabilidad de aquellos crímenes. Eventualmente Hanna es condenada a prisión. Varios años después Michael comienza a grabarle los cuentos que le leía a  Hanna en su juventud, para que ella los escuche en prisión ya que no podía leer los de la biblioteca, y es asi como Hanna con ayuda de las grabaciones,  decide aprender a leer. Gracias al buen comportamiento de Hanna, recortan su sentencia, y sale antes de tiempo. En la cárcel el único familiar que ella tenia era Michael, quien le mandaba las grabaciones, asi que cuando ella sale, le piden a Michael que la ayude, el accede y le consigue empleo y casa, pero cuando llega el día de recogerla de prisión, le dan la noticia de que Hanna había muerto, ella se suicida colgándose en su celda sin la intención de salir de allí algún día, dejando como última voluntad que el dinero que tenia ahorrado se le entregara a las víctimas de los campos de concentración.

Nadia Bolaños P.

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