La atmosfera no es una simple mezcla de gases si no una entidad dinámica así como un cuerpo voluble, cuya manifestación más notoria son los vientos determinantes en buena medida, del clima que impera en las distintas regiones del globo terráqueo; el viento no es mas que una masa de aire que se desplaza desde una zona a otra a causa de una diferencia de presión.
La inclinación variable con la que inciden los rayos solares sobre la superficie terrestre determina que la cantidad que la cantidad de energía que llega sea mayor allí donde lo hacen casi verticalmente, y menor donde forman un gran ángulo .Por consiguiente, las distintas zonas se calientan de forma distinta y diversa.
Esa energía se transmite al aire, que entonces pesa menos y se eleva y el hueco que deja es ocupado por otra masa de aire más frio.
En el hemisferio norte, los vientos que soplan desde una zona de alta presión, un anticiclón, se desvían en el sentido de las agujas del reloj a consecuencia de la rotación de la tierra, mientras que por este mismo motivo, los vientos que se dirigen hacia una depresión, un ciclón, experimentan una desviación en el sentido contrario de las agujas del reloj.
Lo mismo sucede pero en el hemisferio austral. La presencia de grandes masas de tierra firme determina la existencia de unos vientos llamados estacionales, que no están sujetos a las variaciones diarias; un ejemplo de este tipo de vientos son los mozones, que en las regiones cálidas del sur del continente asiático provocan una estación seca y otra húmeda, según el viento proceda del interior del continente, en el primer caso, o del océano hacia el interior, en el segundo.
Un tipo de viento especial son las llamadas brisas, que se repiten con regularidad diaria en las regiones costeras.
Itzel Guadalupe Rojas de Jesús
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